Dice Darío Suro

Dario Suro

La peor impresión de mi persona la tienen los médicos y los críticos de arte. A los primeros les interrogo demasiado y a los segundos no los busco nunca.

Las cosas pequeñas me deprimen. Razón tuvo el Greco en decir: "Ser enana es lo peor que puede tener cualquier género de forma." Siempre me han horrorizado las miniaturas, los miniaturistas y los microbios. Soy un gran admirador del Elefante. Desde chico me llamaron la atención el Elefante y la Montaña.

Nunca olvidaré esta anécdota de un crítico que explicaba los cuadros del Greco al inaugurarse una gran exposición.

Decía, entre otras cosas: «Este es un Greco de la época dura, y este otro es de la época blanda.» Estuve a punto de preguntarle: «Señor, ¿no me mostraría un Greco de la época líquida?

Ahora está de moda la palabra «vivo». Y sucede que aquellos que suelen usarla son verdaderos muertos. Me refería Carlos, que su amigo el pintor abstracto le decía que él se consideraba un pintor vivo, y que su arte era un arte vivo... Entretenidamente se pasaba las horas haciendo jeroglíficos, donde la forma salía, no por lo que hacía, sino por lo que dejaba de hacer, esto es, por los espacios que quedaban sin dibujar.

Cuando la técnica asoma demasiado la cabeza mata las células más indispensables del tejido artístico. No hay técnica más simple y menos aparatosa que la de Velázquez. Un cuadro debe dar la sensación de que es una aparición. De que es algo que brota sin problemas. En Velázquez, lo mismo que en el Greco o en Goya, yo nunca he visto problemas técnicos flotando en la superficie del cuadro. ¿Se puede ver una obra más simple que la de un Orozco o un Picasso? Cualquier cuadro de estos dos pintores es una solución.

Hay pintores que son dueños de la técnica de la especie, esto es, de la especialidad, o mejor aún, de la fábrica. Son verdaderas abejas. Fabrican sus cuadros como éstas sus panales. Siempre el mismo grueso de la pintura, la misma forma de «espatular» o de dar sus «pincelazos». A estos procedimientos llamativos los denomino técnica de la especie. Técnica que jamás es inventada. Con la palabra inventar hay que andarse con mucho cuidado. Inventan los tipos imaginativos. Sí. Pero la verdadera imaginación, la imaginación creadora, está muy lejos de la lucubración barata y gastada que olfateo a diario en las exposiciones. He visto cuadros de Dalí, donde lo imaginativo ha quedado frustrado y la llamada imaginación no es más que una lucubración narcisista. Todo artista especializado, todo fabricante, es impersonal. Y estamos ahora llenos de especialistas. Los grandes movimientos artísticos son como la marea: dejan una gran cantidad de basura. Y de esta basura es de la que se nutren los artistas especializados. De aquí que existan los especialistas del cubismo, del surrealismo y del abstractismo. Podríamos hablar, también, de los especialistas de paisajes a lo Van Gogh, de los especialistas de bodegones a lo Cézanne, y de especialistas en rayitas a lo Klee o a lo Kandinski.

Prefiero el arte arcaico al griego helenístico. Prefiero el románico, el gótico, el arte africano y oceánico, el precolombino americano, a todo el arte del Renacimiento. Van Gogh a Cézanne. Lo que de arcaico griego pueda tener Picasso o Braque. Prefiero Rouault y Warroquier a Kandinski. Me quedo con Orozco en vez de Rivera.

– Publicación original: Cuadernos Hispanoamericanos, núm. 26 (febrero 1952).

– Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2019.